viernes, 28 de enero de 2011

ALIMENTANDO LA INTELIGENCIA


Es bien sabido que la leche materna es el mejor alimento para el bebé debido a que le ofrece muchos beneficios: fortalece su sistema inmunológico, favorece el desarrollo físico, estrecha los vínculos afectivos y contribuye a lograr un buen estado emocional.
Pero también es importante resaltar que la lactancia no sólo se encarga de satisfacer su hambre como necesidad fisiológica sino que a través de ella también estará alimentando su inteligencia, es por este motivo que se recomienda que ésta se dé en forma exclusiva y prolongada.
La exclusividad será hasta los 6 meses, luego podrá incorporarse otro tipo de alimentos pero se continuará hasta aproximadamente los 2 años si es que no se ha terminado antes con el proceso de destete el cual se sugiere iniciarse a partir de los 18 meses.
Estudios realizados en la Universidad Mc Gill (Canadá) han demostrado que la leche materna contiene ácidos grasos importantes para el fortalecimiento la mielina, la formación de tejidos fuertes y un funcionamiento óptimo de las sustancias bioquímicas del cerebro, favoreciendo así el desarrollo cognitivo del niño.
Los estudios demuestran que la lactancia incrementa el cociente intelectual del niño alrededor de 6 a 7 puntos, es el gen Fads2 el encargado de producir una enzima que convierte los ácidos grasos en ácidos poliinsaturados DHA y AA en forma eficaz.
Los ácidos poliinsaturados son fundamentales para la configuración de la estructura cerebral así como para el funcionamiento del sistema nervioso, ya que intervienen en la creación de tejidos nerviosos y en la transmisión de la información a través de las neuronas.
Estos ácidos se acumulan en el cerebro durante los primeros meses de vida y cuanto mayores sean los niveles de ácidos grasos mayor será la capacidad de aprender y concentrarse, éstos junto a otros lípidos actúan sobre el desarrollo neuronal, favoreciendo así el desarrollo cognitivo de los niños.
Es durante el último trimestre del embarazo y de los primeros meses de vida cuando la madre se encargará de aportar estos ácidos grasos al bebé a través de la placenta y posteriormente a través de la leche. Si su alimentación es rico en este tipo de grases será muy favorable para el bebé.
Los alimentos que la futura madre puede consumir durante el último trimestre de embarazo para obtener estos ácidos grasos son aquellos que contengan Omega 6 y Omega 3 como los pescados azules (atún), mariscos, aceites de germen de trigo y los frutos secos (avellanas, nueces, maní). Ellos le brindarán muchos beneficios:
Omega 6
- Tiene acción antiinflamatoria
- Hace la sangre más fluida
- Reduce el riesgo de coágulos u trombos
- Disminuye el colesterol malo
Omega 3
- Previene enfermedades cardiovasculares
- Regula la hipertensión arterial
- Aumenta los niveles del colesterol bueno
- Reduce los triglicéridos
- Evita la obstrucción de las arterias
- Interviene en la actividad de los órganos reproductivos
- Mejora el rendimiento intelectual

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