viernes, 28 de enero de 2011

LA INTELIGENCIA LÓGICO MATEMÁTICA


La inteligencia lógico matemática implica la capacidad de utilizar de manera casi natural el cálculo, las cuantificaciones, proposiciones o hipótesis etc., es decir el razonamiento lógico. Esta inteligencia está más desarrollada en los contadores, matemáticos, programadores de computadora, analistas de sistemas o personas quienes emplean los números y el razonamiento de manera efectiva.

Incluye:

  • Cálculos matemáticos.
  • Pensamiento numérico.
  • Solucionar problemas, para comprender conceptos abstractos.
  • Razonamiento y comprensión de relaciones.
Entre las edades de cero a cuatro años, los niños desarrollan los primeros cimientos que le permitirán entender la lógica y los conceptos matemáticos. Durante esta etapa los juegos de estimulación pueden traer muchos beneficios, siendo simples y cotidianos como hacer torres de cubos, unir cuentas con un pasador, contar los juguetes, clasificarlos, etc.

Aunque es en la escuela donde los niños empiezan a reconocer los símbolos numéricos y algo más complicado: Relacionar la cantidad de cosas con cada número y hacer conjuntos abstrayendo lo que tienen en común o porque son diferentes, es en casa, en etapas anteriores, cuando el niño empezará el aprendizaje de las matemáticas, al ir descubriendo dónde hay más dulces y cuál barra de chocolate es más grande o al jugar agrupando piedritas o carritos.

A los niños con inteligencia lógico-matemática les encanta:

Los niños, que sobresalen en la inteligencia lógico-matemática piensan en forma numérica o en términos de patrones y secuencias lógicas, en su pubertad, evidencian una gran capacidad de pensar de forma altamente abstracta y lógica, analizan con facilidad planteamientos y problemas. En etapas superiores destacan en su habilidad para hacer cálculos numéricos, estadísticas y presupuestos con entusiasmo. 
Les encantan hacer preguntas acerca de fenómenos naturales, computadoras y tratan de descubrir las respuestas a los problemas difíciles.

Necesitan:

  • Cosas para manipular.
  • Cosas para explorar y pensar.
  • Cosas para investigar.
  • Cosas para clasificar, seriar, comparar.
Cómo estimular:
  • Generar ambientes propicios para la concentración y la observación.
  • Explorar, manipular, vivenciar cualidades de los objetos.
  • Descubrir los efectos sobre las cosas.
  • Descubrir sus características.
  • Identificar, comparar, clasificar, seriar objetos de acuerdo a sus características.
  • Jugar a las adivinanzas ¿quién se fue?
  • Definir sensorialmente las cosas a partir de preguntas:
    • ¿Cómo se siente?
    • ¿A qué se parece?
    • ¿Qué no es?
    • ¿Qué te recuerda?
  • Incluir en nuestro hablar cotidiano conceptos de secuencia temporal:
    • “Primero”
    • “Después”
    • “Por último”
  • Realizar juegos de repartir uno a uno.

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